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Ya hoy día, es las colas, en las calles, en todo lugar, centro concurrido o en las colas para comprar comida, el descontento es casi absoluto. Viendo la situación tan mórbidamente crítica en la que estamos, enfermamente invivible, psicóticamente maldita, ¿cómo es posible que yo diga la palabra "casi"?

Pues sí, señores, aún hay gente que apoya todas y cada una de las brutalidades que ha hecho este gobierno con nuestro estómago y con nuestra psique, realizando apología del delito y gozando de las desgracias de nuestro noble pueblo.

Casi, ¡no provoca más que reírse al saber que existen desgraciados que apoyan estas inmundicias! Que apoyan y veneran violaciones flagrantes a los DD.HH., represión, violencia y autocracia de los que hoy tienen el poder, que se ríen de las muertes de infantes en los hospitales públicos, que se regocijan de ver gente mayor y gente con cáncer morir porque no hay medicinas para tratar sus casos, que arman rumbas viendo a miles de personas diariamente paradas en múltiples colas para conseguir algún triste producto para comer pobremente, y que vilmente sonríen cuando el Presidente hace alguna de sus atrocidades por televisión nacional o cuando matan a alguno de sus familiares por un teléfono o por un salario que no vale un carajo.

Gracias, policías de este país (todos sin excepción), insulsos e inútiles, decenas de ustedes muertos a diario, saliendo a trabajar con miedo a meterse en un barrio, por ser unos bastardos cobardes, sin bolas y desgraciados, que cuando sus superiores les ordenan salir a reprimir las manifestaciones democráticas y las exigencias necesarias para tener un mejor país, lo hacen con morboso placer, basuras, desgraciados traidores que, estando armados y supuestamente preparados para defender a la población civil, lo único que hacen es atacarla.

Milicianos, me importa un carajo si son Ejército o GNB, al final, son la peor plaga que le ha ocurrido a este país, ¿ustedes de verdad creen que un pobre tonto como Nicolás Maduro puede contra millones de personas en la calle? La verdad es que no, la verdad es que ustedes, los militares de abajo, lo sostienen en el poder. ¿Saben que son ustedes los culpables reales del miedo y la desgracia en nuestro país por no hacer lo que deben hacer? Cuando uno de sus panitas, el que no es militar, el que no matraquea, el que se parte el culo echándole bolas para llevar comida a su casa, cuando a uno de esos los matan por unas lochas, o cuando a sus mamitas o papitos queridos les toca morirse en un hospital porque no tienen como tratar un infarto, o un edema, o un cáncer, ahí, miliciano desgraciado, ahí es donde seré yo quien me burle de tu desgracia, porque por tu culpa millones estamos llevando coñazos, muriéndonos tristemente por ello.



¡Cómplices malditos! Arrepiéntanse de lo que hacen, de lo que han hecho y, por favor, que lo que vayan a hacer, valga la pena y los expíe de sus pecados, porque esto es inaguantable.