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 El tentativo deseo efervescente en mí que hace escribir estas letras ha de ser algo sumamente inteligente o es quizás tu mismo reflejo convertido en letras; pues lo que pretendo aquí es hacer uso de la supra-conciencia de cada individuo que me lea a la vez, hacer uso de tan gran honorable herramienta como es la literatura y poder así de alguna forma u otra ayudar a entender nuestra naturaleza humana y nuestra inteligencia venezolana.
Es mucho lo que se dice de la inteligencia en sí de manera global y generalizada, algo que últimamente en el país ha perdido sentido alguno según mi propia concepción de lo que entiendo por inteligencia y que es precisamente es un error creer que NO lo somos cuando cada día apostamos al más vivo usar la “viveza criolla” para poder conseguir algo lo que sea que busque o algo de comer en la cola de algún supermercado. Ya de por sí es un acto de mucha habilidad mental usar cualquier tipo peripecia lingüística-corporal para salirse con las suyas y colearse o buscar “cuadrar “con alguien que trabaje en el sitio lo poco que queda de comida en los anaqueles. O en el peor de los casos, usar nuestro poder de lenguaje y poder de convencimiento a la hora promulgar leyes en beneficio propio. He ahí una brecha abrumadora de mucha inteligencia cínica al más estilo venezolano; el Dr. Escarrá es un claro ejemplo de aquella inteligencia cínica y absurda tener que vender tu propia autonomía moral en favor a la partidocracia de turno y así beneficiarse en lo personal. Acá no pretendo abordar temas de otra índole, busco concientizar al ciudadano de a pie.
Primero lo primero, definamos  el concepto de inteligencia y es que según la real academia española reza que: la inteligencia es la capacidad que tiene todo individuo de aprender, entender, razonar y sobretodo hacer comprender lo real; es decir en nuestro caso esta realidad en la que vivimos.
Hablar en términos generales de la política contemporánea de Venezuela es caer en un  abismo sin fondo y tardaría quizás infinidades de escritos o toda una vida y me atrevo a exagerar, que no sería suficiente el tiempo de esta que corre para poder hacer comprender a través de mi <<intellegentĭa>>  lo que aquello que es Venezuela.  Al instante vienen las interrogantes  ¿Qué es eso de ser venezolano? ¿Qué significa vivir en el él en esta actualidad tan corroída y triste realidad? ¿De qué manera podríamos salir de tan difícil realidad? Y la pregunta del millón  ¿Por qué hemos llegado a tal punto de quiebre ético y moral en nuestra sociedad?  Pues, bien, debo empezar por algo que es sumamente elemental y esencial para cualquier persona con sus cincos sentidos bien puestos; la escuela primaria; ya que para mí es sumamente fundamental los primeros años de estudios. En la actualidad es muy penoso tener que ver como niños dejan de asistir a la escuela por el simple hecho de no haber agua en la escuela por poner un ejemplo algo que es tan básico para cualquier ser humano. No conforme con eso, voy más allá y es que los mismos “Padres”; si se les puede llamar así, le están diciendo a sus hijos que no asistan a la escuela para que les “ayuden” a buscar algo de comer entre las largas colas que deben hacer cada día; semejante atrocidad a la «inteligencia» de ese venezolano que aún posee sentido común.
Es decir hay que buscar que comer primero que todo y luego buscar algo de educación que  de por si no es para nada digna. Me pregunto: ¿Qué escasea más en Venezuela de verdad? ¿La comida o la falta de interés por impartir una buena base pedagógica? Ambas cosas son realidades y las dos deben ser primordial para el buen funcionamiento y desarrollo progresivo-definitivo de una nación  sea cual sea. De tener una Venezuela con una adecuada educación no habría hambre y miseria en las calles ¿cierto?
Pues bien, el sistema educativo en Venezuela  desde hace muchas décadas atrás viene en total ruina empezando desde las altas cúpulas de universidades, rectores, decanos, consejos universitarios etc. El problema fundamental tiene una simple pero temerosa palabra de moda: La corrupción; la corrupción universitaria y la partidocracia sindical es y ha sido la base de la problemática; pues, personas que sin ningún escrúpulos creen beneficiarse usando la “inteligencia criolla” vendiendo cupos o vacantes a jóvenes que llegan con expectativas de querer ser competente en materia laboral en su propio país por medio de su carrera a elegir y poder hacer -realizar su vida en él. De tal manera que si el problema viene ya desde hace muchos años y no se ha tenido la buena voluntad de corregir en la forma de como entendemos la filosofía educativa es lógico  y nada sorprende que hoy en día tengamos hombres y mujeres incapacitados e incompetentes en muchas ramas profesionales del cual se requiere una exigencia y un estudio serio para llegar a ocupar cargos públicos empezando por el Ejecutivo Nacional que es un claro ejemplo de ese moribundo sistema educativo que al día de HOY todavía prevalece; y hablo específicamente  de quienes hoy tienen el poder dentro del gobierno.
Para empezar a impactar en la población y realmente de manera continua/progresiva ver ese “cambio” que muchos abogamos en estos tiempos habría  que hacer una reflexión muy exhaustiva y personal en cada uno de nosotros en nuestra conciencia de que ha sido esta tierra en su pasado más remoto, de qué manera nació como nación Republicana, como se modificó a través del contacto con la influencia europea, las tribus nativas indígenas, la llegada de los negros esclavos. Todo ello forma parte de esa venezolanidad tan diversa que en efecto somos, tan enigmática y a la vez tan pura y única que dudo mucho que en otra parte del planeta se haya podido dar tal cultura cambiante. Hay que hacer énfasis en rescatar  algo tan de elemental y de suma importancia como lo es el sentido común de la ética y la moral pedagógica; eso es algo que debe empezar en cada casa venezolana sea cual sea el status social en que usted haya nacido, no debe ser nunca una vil excusa/argumento el hecho de haber llegado al mundo en una barriada popular y asumir que solo por eso, no se le dio buenos modales de convivencia civil de niño.
El Gobierno de turno errado desde sus primeros años en el poder con sus bases ideológicas “socialistas” absurdas, al “comunismo” esa que fracasó en los países que quisieron implantarla (Cuba, Rusia, China y sí con total sinceridad digo que también fracasó en Venezuela) eso es para mí como venezolano una realidad absoluta y una mera «verdad» por muy relativa que esta la palabra lo sea para ti; podrá balbucear en actos públicos con intenciones netamente demagógicas de  que han hecho un gran esfuerzo por “garantizar” la educación.
He allí el meollo del asunto al que quiero llegar y del cual condeno y es que hasta que no sea bienaventurado el día en que nos saquemos ese chip de nuestro cerebro; el triste patrón de conducta de que la educación debe ser “gratuita” estaremos en constante y abrumante deterioro social y lo peor de todo estaremos en ese círculo al parecer eterno de la mediocridad participativa consiente o incluso inconscientemente lo que es peor aún  y desde luego estaremos en esa burbuja que en cualquier momento podría nuevamente explotar; me refiero a algo que ya conocemos de sobra en la historia contemporánea de Venezuela: los alzamientos, la revuelta armada; la señora muerte. ¡Eso es ser venezolano en estos tiempos!
Ello significa tener que vivir una plegaria día a día, sobrevivir-subsistir en un régimen autoimpuesto con bases legales constitucionales y por la barbarie de la ignorancia,  por la pésima forma en como hemos entendido la política estadal en pleno siglo XXI.
Venezuela es un país que lo tiene TODO y lo seguirá teniendo desde riquezas naturales  hasta loes mejores recursos humanos. Nuestra tarea fundamental en un futuro inmediato como ciudadanos es recuperar de manera generalizada todo lo que hemos sido como república, como nación independiente que  alguna vez intentamos SER. La sociabilidad aquí se ha vuelto el peor de nuestros males y eso se refleja y nos  afecta a cada ser que camine por esta Venezuela neurálgica  (excepto los oportunistas “inteligentes” de la llamada viveza criolla revolucionaria.
Hasta que no entendamos de una vez por todas  que el educador debe formarse en esa nueva y re estructurada Universidad para luego así instruir de buenos hábitos humanos al niño que ingresa a la escuela primeria por primera vez  y logre a la par tener sincronismo e interés en aprender a desarrollar su intelecto, eficiente y captar el mensaje del maestro y que en la medida en que ese niño se convierta en joven-adulto sepa valorar el papel  que tiene en su país y en su sociedad… nos quedará muy lejos ese sueño de querer un país próspero y por sobretodo desarrollado sumado a la vanguardia del momento en temas de interés actual y es indudable que para lograr eso hagamos uso de nuestra inteligencia en el buen término y salgamos de una vez por todas del mal de la corrupción de esa podrida palabra de“ viveza criolla” que para nada es inteligente sacarnos de nuestra dialecto eso de: “En la 4ta también se robaba plata” recuerden que es “malo” robar y de niños no nos enseñaron eso en la escuela y estoy seguro que a ninguno de ustedes tampoco. Cada quien tiene sus facultades mentales bien desarrolladas para poder obtener a través de la meritocracia todo lo que nos propongamos tener de manera digna y útil. Debemos darle prioridad a esto, pues no sé si de verdad conviene luchar por una Ley de Amnistía y Reconciliación sin antes al menos tener buena voluntad para abordar el tema educativo sin ningún fin político ni demagógico existente.
Porque recuerden que: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades"

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte Palacios y Blanco.

Santiago de León de Caracas, Abril del 2016.

Por: Miguel ÁngelAlonzo Cervantes.

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