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Durante este proceso de 15 años, hemos visto como se ha realizado infinidad de llamados a dialogo y de encuentro entre oficialismo y oposición, por parte de las dirigencias políticas, para intentar combatir los problemas que azotan al país, pero ¿estos son sinceros? ¿Han sido efectivos? Tristemente no; y quien ha pagado es el pueblo sin distingo de color político.

A modo personal, no creo en el dialogo como se nos ha querido vender y plantear desde las altas esferas. Es un diálogo vacío, sin contenido y que sólo busca mantener la polarización y posiciones de poder en ambos bandos, y esto se debe decir de forma responsable para comenzar a entender lo complejo de muestra situación. No solo debemos luchar contra un gobierno dictatorial, sino también con una dirigencia política opositora que tiene 15 años siendo la misma en su gran mayoría y que no abre el compás a nuevos líderes, que sí crean en un verdadero dialogo y que sí enfrenten de forma más efectiva a la dictadura. Pero para hacer esto debemos realizar varias cosas:

Primero, entender que el dialogo debemos realizarlo a lo interno como oposición. El debate y respeto por las ideas del otro deben ser la base de la propuestas, solo esto garantizará posturas políticas serias que entiendan la realidad del ciudadano de a pie. Pero es acá donde soy mas enfático, el dialogo debe ser en la base; no puede seguir pretendiendo la dirigencia política imponer el dialogo, ya que quienes dirigen los partidos políticos no practican el debate y dialogo en lo interno de sus instituciones, pues que cualquier síntoma de diferencia con la postura del “Jefe” es exterminada (Y esto lo sabe quién, al igual que yo, milite en un partido político). 

Teniendo una postura global, donde la base es la que pone las líneas estratégicas, es como podemos proceder al siguiente paso que es comenzar la transición de oposición a disidencia; esa disidencia donde evidentemente mantenemos una postura de rotundo y de categórico rechazo al gobierno nacional, pero además con la dirigencia opositora que ya no representa una propuesta clara ni una verdadera alternativa democrática.

Los planteamientos anteriores, nos permiten subir un escalón y pasar al siguiente nivel, que es aquel donde nosotros, como base y disidentes, captemos a todo aquel ciudadano que es chavista más no madurista o cabellista (que en la actualidad tiene serias dudas o cuestionamientos de la situación actual del país y el rumbo cada vez mas represor que estamos viviendo). Realizar ese llamado “abrazo de hermanos”, depende de dar un paso adelante por nuestra parte, pero sin descalificaciones y sin prejuicios, con ese sector dudoso, y esto sólo lo lograremos nosotros como ciudadanos disidentes. 

Si esto se da, algo que llamaré el pacto de dirigencias, el gobierno empezará a temblar porque verán a un pueblo que maduró políticamente, y dejará de creer que la dirigencia son mesías llamados a salvar a la población. 

Hoy en día, un “chavista” tiene más en común conmigo y yo con él de lo que tenemos ambos con nuestros líderes políticos, y eso es un hecho que permite realizar un verdadero dialogo, y crecer como sociedad.

Este crecimiento es lo que nos permitirá salir tanto de este régimen dictatorial como de dirigentes opositores que son complacientes con el mismo, porque tienen intereses económicos y políticos que solo se mantienen con esta dictadura dirigiendo el destino del país.

Como venezolano y disidente, no sólo creo en el dialogo como la única forma de tener la fuerza para realizar el cambio de gobierno que necesitamos, sino además un cambio social que nos permitiría tener el abono para en un mediano plano mejorar el rumbo del país.
Para cerrar estas cortas líneas, me permito parafrasear una frase de Leopoldo López en el acto de inauguración de #LaSalida “el debate deber ser en la calle que es donde nos conocemos, abrazar al de al lado y darle la mano de forma sincera, como hermano que es”. El dialogo de Base es la única solución, porque los problemas nos afectan a todos por igual.

 El dialogo es el mejor arte en una sociedad, sin él, no existiría.



Por Emmanuel Osuna 

En twitter: @Emmanuelosuna