El
oficialismo respondería de este modo: "El descalabro de un sistema
impuesto por las altas esferas de la sociedad venezolana en el año 1961, llegó
a su final debido a los múltiples atropellos cometidos contra los luchadores
sociales del proletariado y a la crisis económica reinante. Desde que el
Socialismo Bolivariano impulsado por el Presidente Hugo Chávez llegó al poder
de manera democrática, muchos integrantes de las grandes empresas nacionales e
internacionales vieron un riesgo la estadía del político de Sabaneta en el
poder debido a que sus políticas de regulaciones estarían en contra de sus
intereses, así que decidieron realizar una campaña de desprestigio en contra
del proceso ideológico comparándolo con el estalinismo y otros regímenes
dictatoriales. El 11 de abril de 2002 se dio un golpe empresarial que dio
credibilidad a estas denuncias
(Documento Carmona y lista de firmantes), a lo cual se suma el paro
petrolero en diciembre del mismo año. Desde entonces, estos grupos coordinados
desde las altas esferas del Grupo Bildenberg, la CIA y la OTAN desean tener el
control político, económico y social de nuestro territorio a través de los
entes de la derecha venezolana, ya que el mismo está lleno de riquezas, siendo
el petróleo la principal y más codiciada. Como la Revolución permite la
inversión privada y su inclusión dentro de la economía del Estado, muchos
infiltrados están atacando desde adentro el desempeño del Estado creando una
Guerra Económica para el colapso del país y así fungirse ellos como la
alternativa política en un terreno "democrático" y tomar el
poder".
La
oposición, desde un punto de vista general, dice esto: "La Cuarta
República y la democracia venezolana requerían de una renovación; sin embargo,
la opción elegida resultó ser un gran timo. El señor Chávez impulsó una
política de corte populista, marxista-leninista, autoritaria, segregacionista,
agresiva y personalista, continuada luego por su sucesor en el cargo. Facciones
con mayor tendencia derechista dentro de la coalición opositora decidieron dar
un alto a este Gobierno en 2002 con acciones de calle; sin embargo, el Gobierno
planificó un vacío de poder que, a ojos de los medios de comunicación de todo
el mundo, desembocó en un golpe de Estado. De ahí en adelante, el Gobierno
arreció su política de segregación, comenzando desde la censura y la
manipulación mediática en los medios públicos, las presiones y el cierre de
medios privados críticos al Gobierno (RCTV, Globovisión, y el enorme número de
emisoras de radio cerradas: Lista de emisoras cerradas en Venezuela), políticas de intolerancia política en las instituciones del Estado y un
proceso de construcción armamentística de grupos paramilitares dentro de las
zonas populares del país, que fungen como policía política y son coordinadas
por el Gobierno (Los colectivos, orden y terror chavista en Venezuela). Las políticas del Gobierno causan que producir como ente privado sea casi
imposible si eres crítico a la Revolución y, como el Estado no puede costear
tanta demanda, causan que estemos en esta estanflación.
Viendo
los dos puntos de vista y analizando con detenimiento a través de los años, he
decidido hacer una crítica sustancial propia a partir de la realidad (mejor
dicho, realidades) de nuestro país y promoviendo una solución política real.
Soltaré verdades incómodas para unos y otros, pero en escuchar la crítica está
la solución:
"La
Cuarta República propiamente dicha, nació como un Estado democrático promovido
por las altas esferas partidistas, esto quiere decir que era una partidocracia
y no una democracia participativa propiamente dicha; sin embargo, para efectos
de la época, era un avance enorme, gigantesco e histórico.
La
Cuarta se desarrolla bajo un marco constitucional promovido por el Pacto de
Punto Fijo, el cual lamentablemente excluyó al Partido Comunista de Venezuela
debido a las animadversiones que tenían los líderes de AD, COPEI y URD. Como
URD abandonó el Pacto en 1962 debido a la políticas de acercamiento a EE.UU. de
Betancourt, se consolidó el bipartidismo hasta 1994 (y disgregado en 1999).
Durante este tiempo, las persecuciones a activistas pro-izquierda, comunistas,
socialistas y marxistas-leninistas estaban a la orden del día. Muchos lo
negarán, pero es cierto lo que digo. Tal y como parece, en aquellos tiempos
existía una censura total respecto a estos atropellos. Un sistema corrupto y
alejado de la realidad social, recuerda a la República de Weimar de la
post-guerra (1919-1933): desbaratándose en la crisis total y en la mediocridad
intelectual. Había productos, había lo que hoy no hay: libertad económica.
Pero, ¿de qué me sirve tener dinero si ni siquiera sé qué es estanflación, por
ejemplo?
El
ascenso del chavismo al poder tiene su origen en un día exacto: 18 de febrero
de 1983. El famoso "Viernes Negro" y sus consecuencias posteriores en
la vida del venezolano impulsaron lo que ocurriría, tristemente, seis años más
tarde. El 27 de febrero de 1989, una tragedia enorme que marcó a nuestro país
lamentablemente para toda su historia: El Caracazo. Invito a la reflexión
objetiva del tema y profunda condolencia por sus víctimas.
El 4 de febrero fue un día triste, macabro y para algún morboso, glorioso. La muerte de un centenar de personas no justifica jamás el deseo de poder de unos militares golpistas; sin embargo, la libertad de prensa y la explosión mediática que ciertos entes privados impulsaron y financiaron en torno al lavado de cara del entonces Teniente Coronel Hugo Chávez.
La llegada
de Chávez llegó conjunta al aumento de la demanda de los precios del petróleo y
su posterior aumento de precio. Todo se dio para que fuésemos potencia mundial:
ricos en recurso humano, en producción nacional, en inversión internacional, en
impulso del sector público y del sector privado. Tenemos que ser conscientes de
que esta situación que aquí planteo era una realidad plausible, lógica y
causal. El chavismo defiende que la calidad de vida mejoró en los sectores
populares (ignorados en la Cuarta República porque no había el dinero en las
arcas del Estado para invertir en programas sociales masivos) y que se sienten
parte activa de la política nacional. ¿Es triste que piensen así, saben? Porque
la cantidad tan colosal de recursos que llegó a las arcas del Estado en los
últimos 15 años era suficiente para que en Petare ya no hubiesen 200.000 casas
con techos de zinc, sino menos de 10.000, ¿y luego me dices que la
administración ha sido excelente? No, hombre, de hecho, ha sido
proporcionalmente desastroza. ¿Y la segregación política, la propaganda
partidista y el culto a la personalidad quedan dónde? No es secreto para nadie
que, en muchos entes del Estado, te exigen estar inscrito en el PSUV y/o
simpatizar con el Gobierno para gozar de todos los beneficios del servicio. No
es secreto que el Estado, con su discurso agresivo, busca condenar la
disidencia política y las clases sociales media y alta. No es secreto que se
ven grafitis, propagandas, afiches, panfletos, activistas y medios de
comunicación en todos los rincones del país, apoyando al partido de Gobierno y
condenando a los "enemigos de la Revolución" y, no es secreto la
censura y autocensura de los medios de comunicación privados en este país.
Señoras
y señores, de todas las edades y de todos los estratos sociales... Estamos en
el siglo XXI, el siglo de la Revolución democrática social, donde el
representatismo tiene sus días contados. No podemos estancarnos en 1933, como
lo estamos hoy, esperando a un falso mesías que nos libere de nuestros problemas
y nos exalte un ultranacionalismo estúpido que nos impregna de xenofobia,
tradicionalismo y egoísmo sin sentido, que solo nos aisla del mundo y de la
belleza que éste trae consigo. ¿Qué lado tomar: oficialismo u oposición?
Ninguno, caballeros. Es hora del poder
ciudadano y de fungir como una alternativa #Disidente al régimen partidocrático
imperante. Organizarnos (Yo propuse el Método de Organización de la
#Disidencia, puedes encontrarlo en esta web), acelerar el proceso de
re-estructuración nacional.