Hay
planteamientos que parecen una perogrullada, pero cada día me convenzo más que
en Venezuela se hace necesario repetir las cosas una y otra vez. Cuando leo
sobre la catástrofe de la MUD, me vienen a la mente cinco puntos claves sobre
la UNIDAD.
1. - Por qué y para qué la UNIDAD
El
pueblo venezolano lleva quince años siendo oprimido por un régimen autoritario
que, dando al traste con el Estado de Derecho, ha establecido el odio y la
exclusión como forma natural de segregación entre hermanos que difieren en su
forma de pensar. No bastándole con ello, ha instaurado un modelo económico
fracasado que depaupera veloz y deliberadamente la calidad de vida de millones
de venezolanos. Por eso, quienes creemos en la Libertad y la Democracia estamos
en el deber de unirnos para quitarle el poder a la pandilla opresora. Sí, he
dicho QUITARLE EL PODER, pues contamos con una Constitución que establece
diversos mecanismos para lograr este loable y legítimo fin.
Suena
trillado y fácil de comprender, pero la crisis que vive la MUD evidencia que
aun estando de acuerdo en todo lo anterior, la oposición sabe encontrar la
forma de colapsar por no poder consensuar el “cómo”, o por consensuar un “cómo”
que al final fracasa.
2.- La UNIDAD no es un fin sino un medio
En Democracia,
el fin de la oposición no es estar unida y -les tengo una sorpresa- en
dictadura tampoco. El fin de la oposición venezolana es dar termino al régimen
opresor instaurado por el chavismo, el cual ha profundizado sus métodos
opresivos a tal punto que es improbable lograr ese fin sin que todos quienes
luchan por el cambio estén unidos. Debido a que la UNIDAD es solo un medio
entonces lo que importa son los resultados, no se puede despachar como
irrelevante la discusión sobre la calidad del liderazgo que se ha unido y su
éxito o fracaso frente al chavismo. Si hay un fracaso, debe ser analizado y
tomado en serio para su corrección, no tapado con la frase “estamos más unidos
que nunca”.
3.- Un medio imprescindible no se abandona hasta lograr el fin
Siendo
la UNIDAD un medio a todas luces imprescindible para superar al régimen opresor
del chavismo, es suicida asumir que el proceso de construcción de UNIDAD
culmina antes de que se haya concretado el fin. La soberbia, la imprudencia y
el desprecio que destilan los nuevos polos del radicalismo opositor, a saber,
el “salidismo” y el “mudismo”, hacen pensar que este valioso medio sufre un
peligroso agotamiento. Amenazando con condenar a los demócratas venezolanos a
la desesperanza, la incredulidad y la falta de confianza en un grupo de
directivos políticos que a duras penas dirigen y no tienen liderazgo.
Dudo
que logremos salir de la opresión del chavismo si le damos a la construcción de
la UNIDAD un plazo caprichoso en lugar de asumir que todos los días habrá que
construir y consolidar la UNIDAD hasta que el chavismo, luego de futuros
gobiernos democráticos, se haya debilitado al máximo posible.
4.- La UNIDAD y la MUD no son idénticas
Hasta
ahora, cuando me he referido a la UNIDAD como medio para lograr salir de la
opresión chavista, no me he estado refiriendo a la MUD. La UNIDAD de factores democráticos en función de
prevenir y combatir el autoritarismo chavista empezó mucho antes de la MUD (y
la mitad de los actores directivos son los mismos). Desde el día en el cual
diversos partidos retiraron sus candidatos para apoyar la candidatura de
Henrique Salas Römer en las elecciones presidenciales de 1998, hemos enfrentado el autoritarismo chavista
con UNIDAD. Que nos sacaran más o menos ventaja porcentual, que luego los
acuerdos se perfeccionaran en varios niveles, que cambiaran los logos y el
marketing o que hayan sido precarios los intentos previos, nada de esto
contradice que la UNIDAD ha sido un medio constantemente utilizado en esta
lucha por la Democracia.
¿Qué
es entonces la MUD? La MUD es una herramienta bien concebida con buenos
resultados parciales y simbólicos. Hablo de resultados parciales porque todos
sabemos que el fin no se ha logrado. Ahora bien, el marketing, los lemas y los
spots publicitarios han consistido en decir que la MUD es la Unidad Democrática
(y en tiempos de campaña hasta la mentaban la Unidad Nacional), lo cual fue una estrategia de comunicación
política muy efectiva. Sin embargo, a la hora de colocar cada cosa en su lugar,
está claro que la UNIDAD de todos los demócratas venezolanos es algo superior
al G-7 de la MUD. Casi de la misma forma que un parlamento o un presidente
pueden representar al pueblo pero no son el pueblo.
Si la
herramienta unitaria llamada MUD está gastada o desactualizada y necesita ser
reestructurada o sustituida, esto no debería representar un trauma que
convierta a sus dirigentes en fanáticos sensiblemente ofendidos. Si después de
las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012, sus directivos eran
conscientes de la necesidad de una reestructuración ¿a qué viene el cruce de
puntas y acusaciones que hoy se hacen públicamente? ¿Acaso es creíble que
servirán las decisiones del G-7 de la MUD sin una sinergia autentica entre los
diversos factores que participan en esta lucha?
5.- Sin estrategia y coherencia la UNIDAD no vale nada
Si nos
unimos para divagar juntos y contradecirnos a nosotros mismos, trabajamos
contra la consecución del fin. Aunque los voceros digan que “hay UNIDAD para
rato”, es difícil sentir confianza en estas consignas cuando no está clara cuál
es la estrategia ni dónde está la hoja de ruta con los pasos recomendables a
seguir. Si bien el 23 de enero de 2012 los entonces precandidatos
presidenciales firmaron un documento llamado: “Lineamientos Programáticos para
el Gobierno de Unidad Nacional 2013-2019”,
esto no constituye un lineamiento sobre las acciones a desarrollar en
2014. Ni cómo se va a ganar la mayoría de los curules en la Asamblea Nacional
en 2015, ni cómo se va a ganar la mayoría de las gobernaciones dentro de dos
años, y lo más importante, cómo vamos a buscar activamente el término del
mandato nefasto de Nicolás Maduro.
Construir
una estrategia supone haber considerado varios escenarios, pero parece no haber
mucha elaboración de los pasos a seguir en caso que acontezca el escenario más
frecuente: perder las elecciones. Es así
como un día no se reconoce a Maduro hasta contar el último voto y otro día se
va a Miraflores a dialogar con él en su condición de Presidente. Un día se dice a los testigos de mesa en
zonas de riesgo que den “todo” hasta el final, y otro se dice que es mejor evitar
ser atacados y reprimidos. Un día se dice que la unidad es importante y otro se
acusan mutuamente en público.
Hoy,
la MUD es una herramienta hecha pedazos. Gracias a la prioridad que tienen los
egos caprichosos desatados y gracias a las ambiciones partidistas por
convertirse en la primera fuerza política de la oposición, mientras el régimen
chavista sigue oprimiendo al pueblo venezolano. A estas alturas, no estoy
segura de que la MUD pueda reconstruirse y ser funcional para la consecución
del fin, pero al menos deseo resaltar que la UNIDAD es imprescindible.
Mientras
la MUD termina de ser destruida o reestructurada, hagámosle un favor al país no
ejerciendo la defensa fanática de
caudillos y facciones. Llámese “mudismo”, “salidismo”, “caprilismo”,
“leopoldismo” o “maricorinismo”, ninguna de estas posiciones intransigentes nos
ayudarán a derrotar al chavismo sino la sindéresis, el pensamiento crítico y
una acción política coordinada. Albert
Einstein decía: “No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de
pensamiento que usamos cuando los creamos”. Es decir, con fanatismo,
mesianismo, caudillismo y polarización no vamos a derrotar la opresión del chavismo. Venezuela será un país serio el día que aprendamos a aceptar los
errores, cumplamos con el deber de corregirlos y nos esforcemos más en las
soluciones de cara al futuro que en la revancha.