Nuestra Venezuela está en una
encrucijada, el sistema de gobierno actual en sí mismo no ha logrado resolver
los grandes problemas del país, y mucho menos ha impulsado los cambios en
nuestra cultura social necesarios para el progreso nacional; por el contrario,
estamos en un sistema donde la prebenda, la corrupción y la ineficiencia se
conjugan con actitudes hostiles y autoritarias llevándonos a esta situación que
vivimos hoy en día.
En el ajedrez de los que mueven los
hilos del orden social existente la impunidad es la reina, la corrupción son
alfiles, la violencia son torres, el despilfarro y la ineficiencia son los
caballos; con un rey que quiere arrasar todo a su paso y un pueblo haciendo el
papel de peón que nunca va a coronar porque solo sirve para proteger al rey.
Tenemos que acabar este juego
perverso orquestado desde el poder, hay que asestar un golpe contundente al
orden establecido, comenzar su desarticulación; necesitamos subvertir el orden
social y moral que se ha establecido en nuestra patria gracias al impulso y
anuencia del gobierno actual. Subvertir el orden en Venezuela el día de hoy
significa hacer lo necesario, sin miedo ni vacilaciones para atacar al poder de
forma real con las armas que realmente tenemos.
El arma que tenemos a nuestro
alcance es el voto, y sabemos que el voto popular es demoledor cuando el pueblo
toma una decisión. Lo subversivo el día de hoy es atacar
al poder mediante el voto, no votar o votar por el candidato del gobierno
favorece la estabilidad y reproducción del orden establecido en Venezuela, es
afianzar un realidad que a veces es pesadilla, es actuar con sumisión, o peor
aún, apostar a un cambio que nunca se va a realizar.
Pensar que un cambio de gobierno
resolverá todos los problemas es una ingenuidad, tenemos problemas profundos y
que ameritan soluciones drásticas y unidad social para afrontarlos, lo que sí
es cierto es que si no cambiamos de gobierno no tenemos posibilidad real de
iniciar esos cambios.
El único candidato que tiene
posibilidades reales de triunfo ante el aparato de estado es Henrique Capriles,
con sus virtudes y sus defectos trabajó para llegar a este punto; un punto
donde tenemos finalmente una alternativa para golpear al poder existente,
una alternativa construida con mucho esfuerzo y mucha unidad. Él y su equipo
saben que no pueden fallar porque el pueblo los avasallará.
Lo subversivo hoy es votar por Capriles, votar por Capriles es rebelarse ante el mal gobierno, y llegó la hora de rebelarse.
¡Camaradas debemos rebelarnos!