Nicolás Maduro ordenó en un decreto -amparado en el Estado de
Excepción Económico- sacar de circulación los billetes de 100 Bolívares Fuertes
en un lapso de 72 horas. Esta medida, según Maduro, es para detener mafias que acumulan
y venden papel moneda venezolano en el extranjero.
En Venezuela, monedas y billetes representan apenas
8% de la liquidez monetaria, el otro 92% del dinero circulante es
electrónico. Los billetes de 100 BsF. son el 48% del papel moneda, es decir, 3,84%
de la masa monetaria.
Esto, a pocos días del anuncio del BCV sobre el nuevo cono monetario en
Venezuela, tendremos nuevos billetes de BsF. 500, BsF. 1.000, BsF. 2.000, BsF.
5.000, BsF. 10.000 y BsF. 20.000, así como monedas de BsF. 10, BsF. 50 y BsF. 100;
el cual comenzaría a circular progresivamente a partir del 15 de diciembre de
2016. Lo que representa y comprueba la inflación de al menos 2.000% desde la
entrada en vigencia del cambio de moneda y nueva familia monetaria en 2008,
cuando le eliminaron tres ceros al Bolívar. En otras palabras, tendremos un
billete de 20.000.000 de Bolívares.
No podemos ver estas medidas como hechos aislados, en pocos días vimos
cómo colapsó el sistema de puntos de venta; ante esto, el mismo Maduro atacó la
empresa Credicard, apresaron a algunos directivos y empleados sin orden
judicial; aduce el Presidente de CANTV que hubo ataque cibernético contra el
sistema, y, aún no nos explican si hubo ciberataque o si hubo colapso por el
elevado número de transacciones; lo cual se conecta con lo anterior, porque
hubo y hay escasez de efectivo.
El sistema de pagos de Credicard está detenido, no están liquidando
los pagos, por esto muchos comercios están cerrados, muchos empleados no han
cobrado sus salarios. Esto, aunado al disparo del dólar paralelo, al
estallido de la burbuja inflacionaria, hace que empresarios y comerciantes no
puedan calcular adecuadamente sus costos y sus precios. Las pérdidas son
invalorables.
En este marco, la Superintendencia Nacional de Derechos Socioeconómicos
-SUNDEE- hizo operativos en todo el país bajando precios en los comercios de
forma arbitraria, obligando a vender a pérdidas bajo amenaza de violencia y
cárcel. El punto cumbre del abuso del SUNDEE fue la confiscación ilegal de
juguetes en los almacenes de Kreisel, se robaron los juguetes para que fuesen
distribuidos por los CLAP´s.
Cuando vemos en perspectiva la secuencia de abusos económicos de la
dictadura observamos que, ante el desaforo inflacionario, el descalabro
cambiario y monetario, y el caso económico la respuesta es Control del Gasto y del Consumo.
La táctica PSUV en esta etapa es controlar nuestros gastos y consumo
limitando el acceso al poco dinero que tenemos para que no “se nos vaya todo el
dinero en diciembre” porque saben que el impacto del caos económico será brutal
en enero. Al mismo tiempo que hacen todo lo posible para que no tengamos otra
opción que depender del estado para comer, incluso, para darles un juguete en
navidad a nuestros hijos.
En este escenario, su táctica es clara, la dictadura sabía, y sabe,
que la aceleración del caos económico se trasforma en improductividad, quiebra
y escasez; elevando el malestar y hostilidad
social aumentando las probabilidades de una alzada popular masiva. Por esto el
control social extremo usando la represión y terrorismo económico estatal, por
eso la asfixia financiera multinivel, asfixian al productor, asfixian al
comerciante y nos asfixian a usted y a mí controlando incluso el manejo de poco
dinero que tenemos.
Sin duda, vienen más abusos, más locuras… Aunque, muy en el fondo no
son locuras ni improvisaciones, solo adelantan fases de su plan para mantenerse
en poder estando solos en el juego político-económico; sin contrapeso político
ni lucha social frontal; pero eso… Ellos también saben que va a cambiar.