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¿Por qué las declaraciones de extranjeros sobre los inmigrantes venezolanos son controversiales? En lo que a mí respecta, está demostrado que los venezolanos somos seres indeseables. Y no estoy hablando del que roba o mata. Hablo de usted, del que rompe la ley o se aprovecha, cada vez que puede, de ciertos life hacks criollos, que al final terminan en el beneficio propio sin importar las consecuencias que tengan para todos los demás.
¿No?, A ver...
Si usted no se come las luces del semáforo –incluso un domingo por la noche–, no bebe y maneja al mismo tiempo, no se ha lanzado jamás un churrito clandestino, no le ha pagado a un bachaquero para que le traiga harina pan o papel toilette, no se ha sacado una licencia o un pasaporte "ayudado", no está buscando un "gestor" para que le saque una master de BDV o le resuelva el cupo de CADIVI, no se retrasa ni un día en el pago de sus proveedores y ni un minuto en llegar a una cita –sin importar la cola– y, ni por un segundo, piensa en meterse por el hombrillo para llegar más chola –a donde coño sea que vaya–... Entonces es muy probable que usted de verdad no sea un malandro –en ese caso mil disculpas–. Pero, y este es un gran pero, también es muy probable que no se haya criado en este país.
No me hace falta llamar a Datanálisis para saber que eso es así. Basta con asomarme a la ventana.
Sé que más de uno lanzará la primera piedra –porque la primera es muy fácil con una lista tan corta como esta– pero acuérdese de esta lista –estoy seguro que con imaginación, se le ocurrirán otras fechorías cotidianas para engrosarla–. Acuérdese de ella, de sus addendums, y sobre todo de lo que ella significa.
Acuérdese de ella cuando mañana "la sangre" le pida dejarse llevar por la barbarie y no le importe montarse encima del rayado, la acera, la línea del estacionamiento, el puesto de minusválidos o sobre la esposa del vecino.
Acuérdese también, de cómo se sentía usted con respecto a tanto inmigrante de países hermanos, que llegaron a Venezuela huyendo en aquel momento de sus ruinosas realidades. También recuerde lo que pensó sobre ellos. ¿Le llega alguna memoria? Recuerda haber utilizado términos despectivos para referirse al gentilicio de esa gente? –¿Esos que hoy son equivalentes a Veneco? como Caliche, Cholo, Portu, etc.–. Pobrecitos, ellos no tenían Facebook o Twitter para quejarse por sus comentarios xenófobos cuando llegaron a este país!... ¿Era echando vaina? ¿Así somos los venezolanos…? Sí, es verdad... así somos los venezolanos... ¡Unos malandros!
Pero entonces, para dejar de ser una persona non grata, ¿tengo que dejar que se me acabe la leche para los chamos o debo sentirme orgulloso de que me agarren con los pantalones abajo, en la cocina, buscando servilletas para limpiarme el trasero?... Pues sí. Así harían muchos extranjeros, criados en otra parte, si les toca hacerlo. Y de eso se trata. Asuma de una vez que lo que para usted es normal, en otros países, muy cercanos, es un comportamiento aberrante y aguante su chalequeo.
Así que, antes de quemar su colección de CD's PIRATAS de Rubén Blades, recuerde: Hacer lo correcto cuesta mucho y duele más.
¡Échele bola y Feliz Día!


Por César Oropeza 

En twitter: @elperrote