«¡A la
calle, gente!» ese gritó agónico y sofocado que viene a nuestras conciencias
cada vez que vemos una injusticia en los pocos medios de comunicación
independientes sin censura que nos quedad. Ese grito que demuestra nuestro
dolor por la patria grande de Bolívar (...¿y Chávez? queda a tu criterio) que
se encuentra dividida, quebrada, despedazada y hecha añicos por un indolente
grupo de aristócratas incapaces pertenecientes a la partidocracia gobernante.
Si
leíste mi artículo anterior http://bravapalabra.blogspot.com/2014/06/el-primer-paso-de-la-organizacion-de-la.html
te darás cuenta de lo estrictamente necesario para poder acceder a este paso
con seguridad, fuerza, contundencia, credibilidad y seguridad: Unidad y
Objetivos claros.
Ahora
bien, ¿qué es la presión de calle precisamente? La calle (los leopoldistas
pueden llamarlo #LaSalida si desean) comienza a través de una convocatoria
masiva de parte de todos los dirigentes nacionales adeptos a un objetivo claro
previamente debatido. La calle comienza con actividades de reconocimiento e
incorporación de factores descontentos dentro del chavismo, independientes y
derechistas tradicionalistas (que sí, existen realmente en nuestro país y son
los factores más antichavistas del conglomerado opositor) y todos aquellos
factores que, en un primer momento, decidieron no incorporarse al movimiento
unitario por cualquier razón.
Al
conformar esta unidad popular, comienza el proceso de la "cultura
protesta", el proceso de llevar la protesta hasta los rincones más inhóspitos
de nuestra tierra, y convertir la partidocracia imperante en lo que realmente
es: "una dictadura disfrazada". Desde Propatria en Caracas, hasta el
barrio Lourdes en Maracay. Desde Santa Juana en Mérida hasta los Bosques de
Camoruco en Acarigua. Desde Baruta hasta San Felipe. La lucha tomará su forma
más pura, real, flexible y humana en muchos años.
¿Cómo
se lleva la protesta hasta esos lugares? A través de la organización que
residirá en las Asambleas Populares y se expandirá por medio de los voceros. A
través del panfleto, del volante, del grafitti, de las canciones de protesta,
de los periódicos clandestinos, de la conciencia y la información veraz y,
fundamentalmente, a través de la perseverancia y la unión. Las marchas
multitudinarias por los problemas sociales se pueden convocar semanalmente.
No
tengas miedo de salir a la calle. No temas, un dictador es solo un hombre,
nosotros somos ciudadanos organizados en contra de un régimen partidocrático
autoritario. Somos un grupo de acción político en base de la problemática
social. Somos #Disidentes, y si llegamos hasta este punto, la libertad y el
respeto que tanto anhelamos todos los venezolanos, ganará.
Gracias
por tomarte un tiempo en leer este artículo. Compártelo lo más que puedas para
que tenga el mayor número de lecturas posibles. En el siguiente artículo
trataré los últimos dos pasos de la Organización de la #Disidencia.