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Desde que estamos en la educación media y diversificada se nos pide  planear de qué vamos a vivir, qué queremos estudiar al terminar esta etapa, y en la mayoría de los casos la respuesta es: Ingeniero, Médico, Abogado, Contador, entre otros, todas teniendo en común que  son carreras largas, argumentando que las mismas son las que te pueden proveer un futuro estable y con seguridad económica. En lo personal,  estoy convencido que esto es un problema cultural grave con el cual hemos vivido y seguiremos viviendo, mientras no cambiemos nuestro modelo educativo y social, este tema cultural es la primera variable de este problema.

En nuestra sociedad, está incrustado el hecho de que las carreras largas (y cabe acotar que no todas) son las únicas que pueden permitir a una persona salir adelante, para nosotros está entendido que estudiar una carrera corta, es sinónimo de fracaso o de no poseer las herramientas para ingresar al sistema universitario, y si revisamos con detalle la mayoría de los puestos de trabajo son para técnicos y auxiliares, más  que para gerentes o directivos.


Con tan delicada decisión que tomar, es recomendable buscar ayuda por parte de especialistas que puedan orientarnos, para esto aplican los test vocacionales: pero cuando revisamos los mismos, nos dan áreas de conocimiento, pero quienes los imparten al dar el resultado, hablan de carreras largas se olvidan por completo de las carreras cortas. Entonces detectamos otra variable del problema.


Pero el problema no termina allí, la legislación venezolana estipula la gratuidad de la educación hasta el pregrado, pero nuevamente solo para carreras largas. Quienes estudian carreras cortas en la mayoría de los casos deben asistir a instituciones privadas donde deben pagar por su educación con regímenes de permanencia bastante estrictos. En cambio, las instituciones públicas donde se imparten carreras largas, la matrícula por semestre  son risibles, en la UCV por ejemplo un estudiante debe pagar 0,90 Bs por semestre, y con un régimen de permanencia bastante flexible. Entonces, teniendo todos los jóvenes, en teoría, las mismas oportunidades de ingreso a una carrera larga, las carreras cortas tienden a desestimarse, e incluso muchas carreras largas (tales como la docencia).


Este sistema permite que se desvirtúe por completo las necesidades que tiene el país de profesionales, ya que los gobiernos (y sin caer en ninguna polémica) no se han encargado de hacer los estudios pertinentes, sobre que áreas deben tener especial atención y el número de profesionales necesarios para las mismas. La excusa que se da es la masificación, no importa que la gente no tenga donde trabajar, lo importante es masificar y que estudien. Países como Alemania o Japón, tienen detectado que áreas son prioritarias y el número de personas necesarias para ese sector, con un mínimo de 10 años. Nada queda a la improvisación.

Entonces al contrastar estas variables, podemos ir entendiendo porque la mayoría de los y las jóvenes prefieren ser por ejemplo Ingeniero Mecánico que Técnico Automotriz, Contador que Auxiliar Contable, Médico que Enfermera, entre otros, en términos bastante sencillos, tienes muchos caciques y pocos indios.


Todo este escenario lo  ve la persona al graduarse y allí comienza el dilema de encontrar ese tan ansiado trabajo, donde se puedan aplicar todos los conocimientos adquiridos en la universidad, pero allí comienza la travesía. Conseguir un empleo bien remunerado y que se aplique lo aprendido en la universidad, es casi una tarea titánica, por ende, no es raro a licenciados e ingenieros haciendo trabajos de técnicos, técnicos que no encuentran donde emplearse, y la mayoría de la gente que no pudo estudiar en trabajos tales como peluquería, electricista, repostería, entre otros.
            
Es así que el  mercado laboral está vuelto un arroz con mango, donde en muchos casos las personas prefieren trabajos tales como repostero o barbero, o en otros realizar emprendimientos. Ya que el mercado laboral no capta a todo aquel que sale de las universidades. Pero… ¿Qué Hacer?  Primero entender el mercado laboral no es el problema, es el último en la lista, el problema comienza en casa, se fomenta en los colegios y el refuerzo final se da en las universidades. Como sociedad podríamos tomar ciertas medidas que pueden ayudar a cambiar esta situación perversa:

  • Se debe fomentar el estudio de carreras cortas.
  • Sincerar las áreas críticas para la nación y la cantidad de personas necesarias.
  • Dejar esa técnica barata y demagógica de masificar la educación sin ninguna planeación.
  • Trabajar en cambiar la mentalidad de que solo algunas carreras son las que dan un buen nivel de vida. En lo personal considero que este último es el ítem más difícil de atacar.

Para finalizar, es imperativo activarnos y generar un cambio de modelo sobre que estudiar, modelo de ingreso a las instituciones de educación superior, costo de la matrícula universitaria y finalmente ingreso al mercado laboral y retribución a la sociedad del pago de los estudios.




Emmanuel Osuna

En twitter: @emmanuelosuna