El asunto crucial de la consulta educativa configura una extraña jugada en el contexto actual de las estrategias saber/poder manejadas por el régimen para perpetuar su modelo político a través del adoctrinamiento escolar. Una lectura sintomática de los documentos que intentan fundamentarla indica una apelación a principios filosóficos y pedagógicos muy genéricos que buscan distraer sobre la “agenda oculta” y, por tanto, operan como señuelo para inducir la idea de que se va a consultar a partir de un enigmático punto cero para generar un relanzamiento de la educación venezolana. No estamos de acuerdo con esa interpretación. Un vocero autorizado del magisterio como Leonardo Carvajal parece darle el beneficio de la “buena intención” al Ministerio de Educación señalando que se va a interrogar a los actores y que ello no tiene nada que ver con la resolución 058. Sin embargo, parece claro que el uso de un libro único con ciertas etiquetas y paquetes de impronta ideológica ya reproduce discursos y prácticas que constituyen la huella de un diseño curricular elaborado con una visión hegemónica. Desde esta perspectiva, sostenemos que es pertinente el debate y asumir el desafío de las interrogantes para abrir la reflexión a los contrastes, pero sin la inocente pretensión de que se va a “borrar el pasado e iniciar el camino del bien”. Acto seguido presentamos una breve síntesis sobre cómo abordar algunas de las preguntas cruciales de la llamada consulta educativa.
Escuela y sociedad
Una sociedad democrática es sustantivamente una sociedad abierta, en el sentido de que es potable y consistente con el pluralismo y la diversidad de corrientes del pensamiento, en sintonía con lo establecido en la Constitución Nacional. Por tanto, la complejidad, la diversidad de ideas y paradigmas cognitivos, la exploración de distintas opciones y vertientes filosóficas y modos de pensar deben ser resguardadas en beneficio del talante democrático. Una sociedad democrática está irreductiblemente ubicada contra todo fanatismo y contra todo fundamentalismo.
Objetivos de la Escuela
Los objetivos de la Escuela en concordancia con el ideal democrático incardinado al espíritu de la carta fundamental y a las demandas del presente tiempo apalancada por la revolución del conocimiento y de las tecnologías comunicacionales, debe enfatizar en la formación de un ciudadano crítico, con capacidad de explorar en los saberes por cuenta propia, autónomo, abierto a la diversidad, defensor de la cultura y la historia nacional, pero también con competencias para encarar el desafío de la educación superior y las demandas del mundo actual.
La educación que se aspira o se quiere
La sociedad venezolana demanda en estos momentos una educación democrática que permita la inserción de Venezuela en la sociedad del conocimiento, que recupere la calidad de las escuelas públicas, que garantice el desempeño de la educación privada en la continuidad de su valor agregado cultural y que facilite las condiciones para elevar el nivel académico de los docentes. Se trata de impulsar sin ambigüedades el valor de la escala de méritos para la carrera de los maestros y profesores y que la educación proporcione los elementos objetivos para el desarrollo del espíritu crítico, los valores históricos de la venezolanidad, la cultura de la paz y las competencias necesarias para que los egresados o ciudadanos puedan insertarse en la modernidad, la globalización y la sociedad del conocimiento.
El docente
Es de esperar que el docente pueda fomentar a fondo los valores de la diversidad, de la sociedad abierta, el pensamiento complejo y la democracia en el marco del “uso público de la razón” y de la libertad de cátedra. El docente es sujeto de derecho y su deber es facilitar al estudiante/participante diversas experiencias de aprendizaje, diversas opciones de lecturas, diversos y distintos modos de aproximarse al mundo para comprenderlo. Asimismo, es esencial que al docente para su ingreso o su ascenso en el ámbito profesional no se le exija reportar identidades políticas, lo único que se le debe exigir es vocación, formación y competencias académicas.
El diseño curricular
El diseño de los fines no es una tarea neutra y angelical de filósofos y educadores. El Estado como cristalización por excelencia del poder político interviene con su sistema de representaciones y valores a través de la política educativa condensada en el dispositivo del currículum que se encarga de producir y distribuir sentido en sintonía con cierta visión del mundo y cierta taxonomía de legitimación/deslegitimación de saberes, prácticas y discursos.
Sin embargo, es menester en una sociedad democrática apuntalada en una Constitución democrática, tanto en su espíritu legislador como en sus enunciados taxativos, que los actores de la educación, la sociedad civil y la familia estén atentos a cualquier tentativa de hegemonía ideológica, cognitiva o cultural en la educación porque ello iría contra los valores de diversidad, pluralismo, libertad y democracia contenidos en la Constitución y en contra de las prácticas culturales de la nación venezolana.
Del texto o ¿los textos?
Una sociedad que se define como abierta, que resguarda la multiculturalidad, con poros y vasos comunicantes con las diversas vertientes del pensamiento universal, libertaria y democrática, no debe implementar en las prácticas educativas el uso de un texto único y de una editorial única para la enseñanza en la escuela. No se debe constreñir la enseñanza, la tarea pedagógica es para abrir el pensamiento, para facilitar su expansión y no para ejercer una suerte de regimentación o tarea de “constricción” del acto de aprendizaje. En consecuencia, un texto único pudiera interpretarse como un intento de instaurar una especie de hegemonía vía adoctrinamiento. En lugar de texto… los textos, en lugar de un discurso único el envite es por una proliferante pluralidad de discursos, diversidad y pensamiento complejo. Un libro es un libro, no es un oráculo.
Ángel Américo
Fernández
Profesor de Ciencias Sociales. Profesor de Postgrado en Filosofía de la Ciencia.
Profesor de Ciencias Sociales. Profesor de Postgrado en Filosofía de la Ciencia.