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Venezuela esta nuevamente herida, aunque seguramente no sea una herida mortal para su institucionalidad, que cierra filas para defender su aparataje estadal, tampoco es una herida mortal ante el asombró por la muerte de un venezolano más ya que las estadísticas de este país aguantan grandes cifras, que los medios de comunicación apenas reseñan en honor de intereses políticos. Sin embargo los tres disparos que cegaron la vida del cacique Sabino Romero, representan una herida de muerte a la moralidad de toda una nación, cada proyectil lejos de quitarle la vida al cacique incrementaba su humanidad de guerrero, de luchador, de ambientalista, de Yukpa, de venezolano y el asombro que no llegó, que no se transformó en la exigencia de justicia, que se silenció, dio paso al verdadero crimen, dio paso a la legitimación de los intereses de un estado injusto, que antepone los criterios económicos a los exigidos por nuestros arrinconados originarios.


El pasado domingo 3 de marzo se asesinó al cacique Yukpa Sabino Romero Izarra y aun cuando cayó muerto de manos del sicariato, resta por determinar quién pagó por su muerte, quién fue el ejecutor de los intereses conjugados de terratenientes, transnacionales y del Estado venezolano, sin embargo quienes estamos indignados por este hecho, reconocemos en el Estado toda la responsabilidad por este crimen.

Toda la indignación no reposa sobre este último crimen, sino en la sumatoria de múltiples injusticias, que convierten en cómplices a cada uno de quienes las permitieron.

Indigna que a pesar de tener todos los argumentos de la razón y la justicia, los Yukpa nunca atacaron con armas de violencia, mas si con la palabra adecuada de respeto, justicia y honor, y sin embargo la sociedad “civilizada” respondió con cárcel, persecución, aislamiento, violencia e incluso la muerte.

Indigna saber la indiferencia de los medios de comunicación, tanto nacionales como privados que pretenden silenciar las luchas de nuestros pueblos indígenas y que, no tratan el motivo de la lucha de los Yukpa, por no representar un centímetraje económicamente rentable, por evitar ir en contra de los intereses de sus anunciantes o de las asociaciones a las que estos pertenecen (fedecamaras, fedenaga o fedeagro) o por mantener desinformada a una población con el intento de manipular la voz de los indígenas.

Indigna la indiferencia de un pueblo programado desde la manipulación de los intereses de gobernantes, empresas, medios y cuanta persona a intentado usurpar las tierras que hoy ocupamos pero que no nos pertenecen.

Indigna que los dos grandes polos políticos del País, estén abocados completamente a sus intereses, individuales, electorales o económicos, pero que ni siquiera se dignaran a enviar sus condolencias hipócrita a la familia Yukpa.

Indigna que la Fiscal General de la República Luisa Ortega Díaz, responsabilizará al cacique Sabino Romero por no aceptar protección del Estado, sin que siquiera se manifestará a los hijos de Sabino Romero, en torno a las denuncias de protección militar hacia los sicarios que asesinaron al cacique.

Indigna saber al Estado como instrumento opresor de los pueblos. Que antes del asesinato de Sabino Romero ya eran siete hermanos Yukpa muertos en poco más de un año, sin que obtuvieran justicia al respecto. Que el gobierno siempre se colocó del lado de los terratenientes Vargas y Chávez, desde 1995 cuando la Guardia Nacional asesinó a los Yukpa Felipe Romero, Carmen Romero y José Vicente Romero y a pesar de los múltiples intentos de asesinatos hacia Sabino Romero y su familia en 2008 el Ministerio Público imputa a los Yukpa María Teresa Yaspe, Ciro Landino y Noelia Romero por los presuntos delitos relacionados con la recuperación de las tierras y en 2009 sin orden de detención el CICPC trasladará a Sabino Romero, Alexander Fernández y Olegario Romero incomunicándolos de sus familiares y abogados defensores, dentro de instalaciones militares, lo que obliga a los Yukpa a trasladarse a la sede del TSJ, donde se apostaron en pie de lucha.

Indigna que desde el 2004 el gobierno decidiera la explotación de carbón dentro de la Sierra de Perijá por parte de Corpozulia y empresas transnacionales: irlandesa Venezuelan Ventures Limited/Compañía Carbonífera Caño Seco, a la colombovenezolana SDM Suraméricana de Minas, C.A., Venezolana de Minas VEMINCA, a las norteamericanas Peabody, Minera MAICA, a la chilena Carbones del Perijá, entre otras.

Indigna saber que el gobierno venezolano, no reconoce la autodelimitación Yukpa sobre el territorio de la Sierra de Perijá y que en cambio presentan un plan para otorgarle títulos de propiedad en 150 años, lucha que le esta costando en tiempos recientes, vida, cárcel y persecuciones a los Yukpa que no se doblegan.

Si ante esta realidad, aun se mantiene la indiferencia y la desinformación, entonces indigna que el cacique Sabino Romero Izarra, tuviera el mismo destino de su padre, sin que pudiera descansar en vida y libertad, y que sus ejecutores pretendan salirse con las suyas mientras que los Yukpa deban levantarse de nuevo para continuar una lucha casi en solitario contra las injusticias de nuestra sociedad impuesta para ellos.

¡Sabino marca el camino!

Max Suárez
Sociólogo

04/05/2013







Fuente original: http://maxsuarez.wordpress.com/2013/03/05/duele-el-asesinato-del-cacique-yukpa-sabino-romero/